A ciertos enfoques budistas nuevos como el ‘budismo secular’ se les acusa, en cierta forma, de mutilar el budismo. Una de las críticas que recibe, quizás la principal, es que el Buda no enseñó el dharma para esta vida, sino para escapar del ciclo de nacimiento y muerte por completo. El dharma no trata, como he leído en varios foros, de “suavizar nuestra estancia en el samsara.” El Buda, han dicho algunos críticos, rechazó y criticó doctrinas de su día similares al budismo secular, como los ‘materialistas’. Pero esto es simplista. El tipo de mejora de esta vida que proponen los budistas seculares es diferente que el de los materialistas de aquella época.
El objetivo original, se dice, es poner fin a la rueda de existencias o, por lo menos o mientras tanto, trabajar para conseguir una próxima vida mejor. Esto supone situar las prioridades de la vida presente en un segundo plano.

Devaluar esta vida es directamente estúpido. Es en esta vida que has encontrado el dharma, has tenido la oportunidad de reflexionar en él y apreciarlo, y donde has experimentado un dolor que buscas aliviar. ¿Seguirás el dharma si no marca realmente una diferencia en esta vida? ¿Y no es esta vida humana y sus diferentes experiencias psicológicas la que sirve de modelo para los varios reinos de la cosmología budista? ¿No es esta vida el verdadero criterio?
No llegué al budismo motivado por un deseo apremiante de salir del ciclo del samara, puesto que para empezar no sentía que estuviera en tal ciclo. Y creo que no soy el único en esto. Uno puede aprender y adoptar un nuevo marco teórico posteriormente, el de la reencarnación —un salto que se pide a los occidentales pero innecesario para los asiáticos—; pero aquellos que se mantienen fieles a su inquietud inicial no pueden ser acusados de deshonestidad.
Compré mi primer libro de meditación al inicio de mi adolescencia después de una experiencia peculiar. Iba estresado con deberes para la escuela y actividades extracurriculares, y siempre había sido un niño emocionalmente muy inestable. Una tarde me senté con las piernas cruzadas en mi habitación, imitando el monje tibetano que había visto en la película de Bertolucci «Pequeño Buda.» No sabía qué era la meditación, pero encontré que mi respiración hacía un sonido que podía escuchar. Tras unos minutos de escuchar mi respiración, experimenté una calma sin precedentes que mantuvo mi estrés a raya durante casi una semana.
Fue muchos años después que vi que el dharma también podía ser una manera de ir refinando mi comportamiento y mis valores, de ayudar a los demás e incluso de cambiar la sociedad. Así es como una motivación inicial puede cambiar y evolucionar de forma natural. Pero pretender sustituir mi cosmovisión, profundamente arraigada, por pura fe y no por prajna (comprensión), e imponerme una meta que de acuerdo a mis intuiciones culturales es sólo un sinónimo de muerte quizás sea, para mí, ir demasiado lejos.
Dicho esto, muchísimos budistas a lo largo de la historia han tenido como meta un buen renacimiento, más que el nirvana. Laicos y monásticos han creído que el nirvana es un logro tan distante que no vale la pena intentarlo. Incluso se ha se ha llegado a enseñar que ya no es posible alcanzar el nirvana en nuestra llamada ‘era degenerada’. Pero si una buena vida próxima es una meta legítima, ¿por qué una buena vida presente no? Y si enseñar y practicar el dharma para esta vida es como quitarle las extremidades al budismo, entonces ¿no es denegar la posibilidad de salvación como cortarle la cabeza? ¿Hay alguna tradición budista que no sea culpable de amputación? Discursos de budismo tradicional VS secular a veces parecen un juego de qué extremidad es más esencial.
Mientras que conseguir un mejor renacimiento era ciertamente parte del budismo primitivo, lo era sólo como paso intermedio hacia el destino final: el nirvana. Si el nirvana ya no se considera disponible (o casi), entonces la validez del dharma está en cuestión. A lo mejor la gente ha degenerado. O quizás ha degenerado el dharma —entendido como las instrucciones para llegar al nirvana. En ambos casos, el dharma está obsoleto, no realiza su función de llevar a la gente a la otra orilla. Así que ¿por qué insistir en él en lugar de encontrar una nueva reconfiguración de él?
La idea de que es (casi) imposible llegar al despertar hoy en día tiene que provenir de observar que (casi) nadie en tiempos recientes lo ha hecho. Hay otra explicación posible para esto: la gente está bien, las instrucciones están bien, pero es la meta la que se ha malinterpretado y se ha colocado demasiado lejos. La cuestión es que algo pasa o con las enseñanzas, o con la meta, o con la gente. Y no puede ser la gente, puesto que esto sería como un artista que culpa a su público en lugar de admitir que sencillamente no está comunicando.
Entrar en argumentos sobre la verdad o falsedad del renacimiento es estúpido y el mismo Buda lo desaconsejó. (De hecho, hacia el final del Discurso a los Kalamas, el Buda afirmó que su enseñanza era una buena opción tanto si había reencarnación como si no.) El debate debería centrarse en si el marco teórico del karma y el renacimiento es de alguna ayuda para la práctica del dharma y conduce al despertar. Esto era ciertamente así en la época del Buda, pero hoy podría no serlo.
El nirvana, entonces, tiene que reinterpretarse. Y si esto suena a blasfemia, sigue siendo mejor que borrar el nirvana del mapa, ya que no tiene ningún sentido mantener un discurso orientado hacia una meta que casi se ha eliminado de la ecuación. Afortunadamente, el nirvana se define de varias maneras en los textos antiguos, no sólo como el final de la existencia cíclica; así que no hay necesidad de sacar de la nada una nueva definición, y esto permitiría al budismo secular seguir anclado en la tradición: esto es pensamiento innovador. Es cierto que podría considerarse que esto es ser selectivo con el material canónico, sin embargo no soy conciente de ninguna tradición que no haya hecho lo mismo.
Todas las formas de budismo han enfatizado algunas enseñanzas y conceptos mientras descuidaban otras. Todas han mantenido opiniones y seguido prácticas que contradicen algunos textos antiguos o que fueron incluso ridiculizadas por Gotama. Todas hacen cosas que otras desaprueban. Se han compuesto nuevos discursos y se han atribuído a Buda. Se han formado escuelas basadas en un solo texto. Se han desarrollado prácticas innovadoras. La meta inicial se ha cambiado; las normas para monjes y monjas, adaptadas.
Puede que el budismo secular sea más radical en el sentido de que desafía presuposiciones comunes a todas las formas actuales de budismo, pero en realidad no está haciendo nada tan nuevo o diferente en la historia.
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Bastante difícil es a veces seguir un camino saludable en todos los sentidos, como para pensar en más vidas ( pienso yo , claro) . Si ese que hacer sirve para más vidas, si las hay pues mira mejor que mejor.
Indudablemente cuestiones tales como reencarnacion y/o vidas siguientes son muy contrversiales y difíciles de aceptar y adoptar para nosotros los occidentales , a menos que se tenga una fe religiosa convencional , cosa que pienso que para nada interfiere en la practica constante del dharma , el cual nos instruye a traves de coordenadas capacitantes para la experiencia del mismo . Reencarnacion otras vidas , dios etc son solo conceptos de la creencia ; lo cual quiere decir de la cultura religiosa , en todo caso sera o no sera el nirvana un desafio tanto para creyentes o no creyentes y cada uno de los practicantes experimentadores del budismo . No veo mayor problema en que cada cual sea budista a su modo si permanece arraigado en la enseñanza .
El ‘problema’ es que algunos consideran que descartar la reencarnación ya es no estar arraigado en la enseñanza; pero nunca estaremos todos de acuerdo…
Lo que no veo nada lógico es el hincapié que se hace en especulaciones metafísicas por parte de los seguidores (ultra) ortodoxos del dhamma… Estamos hablando de las enseñanzas de quien nos regaló la parábola de la flecha!
Bueno, es complejo. Las enseñanzas son muy diversas y contienen aspectos más pragmáticos y otros menos. La lógica es que si consideramos sabia a esa persona por habernos regalado esa parábola, ¿no tendríamos que escuchar y tomarnos en serio también otras cosas que tiene que decir? ¿Como la reencarnación? Como sugiero en el post, para mí la cuestión es más de si ese marco es, hoy día para nosotros, una ayuda hacia la liberación o un obstáculo. ¡Uno no siempre puede imponerse conceptos metafísicos como ese, por muy Buda que sea quien lo dijese! Hemos crecido en una mentalidad bastante empírica, y la metafísica por definición es aquello que no es demostrable ni refutable empíricamente. Pero a quien le funcione….adelante.
Me has dejado en ascuas… ¿Cuál sería esa definición de nibbāna recogida en el canon que puede servirnos a los que intentamos seguir esta nueva forma del dhamma que denominamos «buddhismo secular»?
Se podría desarrollar bien en otro artículo (¡lo apunto!), pero resumiendo es ese espacio no condicionado por el anhelo, la aversión y la ofuscación (los 3 fuegos). Es lo que hay que experimentar en la tercera verdad.
Gracias!
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En realidad la idea de renacimiento no es algo imprescindible para que el budismo funcione como tal, sino un subproducto de la cultura hindú a la que el Buda perteneció. Puede eliminarse tranquilamente sin que nada substancial sea alterado, y de hecho, no solo en Occidente sino también en Oriente, numerosos «budismos» han prescindido tranquilamente de esta noción, por lo menos interpretada de la forma literal antigua. Podemos, por ejemplo, leer al respecto este texto proveniente del ortodoxo ámbito Theravada en el que se nos explica como al respecto de esta cuestión existen diversas formas de abordar la cuestión, no solo entre los budistas occidentales, sino también en el oriente budista mahayana, e incluso en algunos casos theravada. El texto, además de hablar del tema del renacimiento, también aborda el concepto de karma, así como el del origen codependiente de todo lo existente (pratityasamutpada) desde distintas concepciones budistas. http://www.bosquetheravada.org/index.php?option=com_k2&view=item&id=539:la-reencarnaci%C3%B3n-o-el-renacimiento-el-origen-dependiente
Tambien en mi propio blog, de orientación zen, acabo de publicar una entrada, traducción de los dichos y comentarios de tres generaciones de maestros consecutivas (en los que podemos ver como el primero (Sawaki) utiliza el término karma en su acepción tradicional, mientras que el segundo (Uchiyama), su discípulo, lo usa en la versión que no implica renacimiento. Se puede leer aquí: http://huellaszen.blogspot.com.es/2015/12/la-vision-de-la-consciencia-karmica.html
En realidad no tiene gran importancia saber si esto que ahora somos ha llegado a ser por algo que hicimos o que pasó, sino saber que está en nuestras manos realizar aquí y ahora el esfuerzo para no generar nuevo karma y no renacer de nuevo en el samsara, en el mundo del sufrimiento, un instante después.
¡Bien dicho!
«el Buda no enseñó el dharma para esta vida» Solo leer estas palabras me hace desistir de seguir con el resto ya que es una suposición enajenada de la realidad. Para empezar ¿Conociste a Buda? ¿Recibiste la enseñanza de primera mano? Pues debes tener una edad más que avanzada ¿no?. Es loable y positivo crear, actualizar y compartir caminos, pero dar enseñanzas sin haber integrado la práctica en la propia piel es la mejor manera de confundir a los demás. Más cuando descubro que esta página la ha creado una persona que estuvo asistiendo al dojo Zen de Utrera irrregularmente apenas 2 años y aparte de dormitar y alimentarsse de sus propias ensoñasiones nunca escuchó las indicaciones sobre la postura de meditación que para nada fueron dogmáticas ni estrictas. Buena intención, formas dudosas.
Debo decir que me refería en el comentario anterior a la persona responsable del grupo de Utrera, y no al creador de esta página como erróneamente afirmaba. No basta leer sin interiorizar en la propia naturaleza y esto no se hace pensando el camino sino andándolo. Gassho!
Sobre si el dharma de Buda es o no para esta vida, dependerá de qué entendamos por «esta vida». Si por «esta vida» entendemos el ámbito de lo mundano, de lo discriminatorio, de las verdades relativas, de aquellas cosas que inevitablemente acaban por desencadenar duhka/sufrimiento, en efecto, entonces el dharma de Buda no es para «esta vida»; si en cambio pensamos que la propuesta del Buda es algo que se realiza en otro lugar, en un más allá, fuera del hecho de estar vivos aquí y ahora entonces de lo que estamos hablando no es del dharma de Buda, sino de alguna adherencia metafísica o cultural que se emparenta arbitraria o coyunturalmente al dharma de Buda, pero que no lo es.
Sin embargo, pasando a otra cosa que me confunde, Jose Luis, dices que no te dirigías en tu comentario al administrador de este blog, sino al responsable del grupo de Utrera, pero cuando se pica en tu perfil aparece que el responsable, por lo menos del blog del dojo de Utrera, eres tu. ¿? Por favor, acláranos esto pues resulta un poco esquizofrénica, Gracias. Y por cierto, tampoco se entiende, por que criticas al responsable del dojo de Utrera, suponiendo que no seas tu, en este blog, en vez de en el blog del dojo de Utrera. No entiendo nada !!!!
jajajaja, Disculpame Roberto, por mi precipitación al escribir. Buscando en la red información sobre una asociación que me ha invitado a dar una charla descubro que ésta, acoge a un grupo llamado «Budismo Secular Utrera», que es distinto al dojo Zen de Utrera del cual soy responsable. Identificando erróneamente esta web como propia exclusivamente del grupo Budismo Secular Utrera, cuyo responsable, como decía en el comentario anterior, al cual aprecio, de deshizo en críticas hacia nuestra forma de practicar por usar, en mi caso Hábito Budista y seguir el ritual que se transmite en mi tradición. La cuestión pasó de la anecdota cuando cosió su propio kesa, inventando su propia forma y dándole el significado que quiso. Aún así nunca hice proselitismo sobre estos asuntos accesorios de la práctica esencial de la meditación, más bien siempre le quité importancia. Lo que criticaba, aún apreciando a esta persona, es el hecho de descubrir en facebook y otros medios sus enseñanzas y consejos sobre utal o cual aspecto del Budismo o de la meditación cuando como decía, durante el corto tiempo que estuvo en nuestro dojo, esta persona que confundí con el creador de esta web nunca se enfrentó a la postura de la meditación verdadera (y no me refiero sólo a la postura física) El Budismo, a mi entender, vive su edad más temprana en occidente y se ha ido muy rápido. Todos los Budas sin excepción se sentaron y se sientan en una postura justa (justa como bien sabes no significa en este caso rígida) y practican el arte del abandono de sí, algo muy lejano de lo que aparentemente se hace en muchos casos al pretender ser guía de otros cuando ni siquiera pasamos del significado literal de las palabras.
Un afectuoso saludo y perdona mi esquizofrenia expresiva (jejeje)
Gassho!
Gracias por tu respuesta Jose Luis. Según puedo barruntar tanto este blog, como el grupo de Utrera, tienen como referencia fundamental, entre los textos clásicos, el Canón Pali y, entre los autores contemporáneos, a Batchelor & Batchelor. En ese sentido puede que resulte algo anacrónico la cuestión que formulas del kesa que dices se ha cosido a su aire el responsable del grupo de Utrera, pero no porque su forma sea la «justa» o no, si es que eso tiene sentido budista, que lo dudo, ya que no perteneciendo a la escuela soto no están obligados a las formas clericales soto; sino por que el hecho «secular» resulta un tanto disonante con el conservar esas formalidades culturales de carácter confuciano-oriental, que no budista.
En cualquier caso la exploración que emprenden, así como la estructura horizontal de su grupo (según creo haber entendido) y la forma abierta de combinar meditación con estudio no es algo que a priori me parezca mal. Ninguno podemos arrogarnos el estar en posesión del «verdadero budismo», entre otras razones por que no existe un «verdadero budismo», sino múltiples, tanto como practicantes que se acercan con honestidad a esa fuente que brotó hace más de 2500 años y que desde entonces se ha bifurcado en cientos de grandes ríos y de pequeños torrentes.
Mi orientación es distinta, es la del budismo zen, con una clara referencia en Dogen y en la práctica acuñada por él como zazen shikantaza. Es allí donde se vuelve mi corazón y mi práctica, si bien estoy completamente alejado de la deriva que la actual escuela soto, tanto japonesa como occidental, proponen. Ello no impide que tenga allí buenos, los mejores, amigos en el dharma, pero para mi el formalismo confuciano es algo espiritualmente sin vida (insisto, para mí), aunque para otros pueda seguir siendo portador de sentido. Pero ello no impide que crea que la diversidad de enfoques en relación al budismo sea hoy, y especialmente en Occidente, una riqueza para todos.
En Utrera, un pueblo no demasiado grande por lo que veo, al parecer existe una gran diversidad de practicantes budistas, estáis vosotros, a los que siento cercanos (aunque discrepe en las formas) y especialmente a través de mi buen amigo Alfonso de Sevilla, está el grupo que citas (déjalos vivir y seguir su camino, no hay nada malo en ello) e imagino que también habrá algo relacionado con Dokuso Villalba, que es nativo de allí; está bien y es sorprendente esa diversidad para un sitio de poco más de 50.000 habitantes (según la Wiki). ¡Enhorabuena!. El tiempo, si acaso, ya se encargará de ir depurando y reorientando aquello que tenga que ser reorientado y depurado.
Un abrazo.
Pd.: con todo, creo que estamos monopolizando en exceso un lugar que no es nuestro y una entrada que trataba de otras cuestiones, disculpas, Bernat 😉
Hola José Luis. Gracias por tus contribuciones. Pero hay que ir con cuidado, a veces una discrepancia nos enciende y pasamos por alto distinciones como quién escribe un artículo, etc. Por mucho que ese grupo de Utrera se englobe dentro del corriente de budismo secular y esté listado en esta página, es un grupo autónomo y esto no es ninguna institución que se pueda responsabilizar de lo que haga esa persona; todo esto está explicado en la página ‘Grupos’. Sin embargo, si voy recibiendo informaciones negativas y bien construídas sobre un grupo que tengo en mi directorio, evidentemente lo tendré en cuenta.
Sobre lo de que «el Buda no enseñó el dharma para esta vida», eso es simplemente una crítica que las modernizaciones del dharma han recibido y en el artículo queda bastante claro que yo no estoy nada de acuerdo.
Con permiso de Bernat, una cosa más. Sobre la cuestión de las formas clericales soto he dejado un comentario en tu propio blog, colgado de la carta de Jiso que traduje hace un tiempo y que al parecer tubo un amplio eco en ambientes zen hispanoparlantes. Sobre Jaime, que creo que es el responsable del grupo de Utrera del que hablabas, he descubierto que tiene página en Facebook (https://www.facebook.com/jaimezen.utrera ) y le he dejado allí un comentario. Creo, si quieres, que esos serían los lugares apropiados para continuar este diálogo sobre las «formas», o de que le digas a Jaime lo que le tengas que decir, si no prefieres comentarlo con él en privado.
Un abrazo. Si piensas acudir mañana a Sevilla para el fin de año, saluda a Alfonso de mi parte. En cualquier caso te deseo un buen comienzo de año a ti y a todos los que por aquí pasen.
En relación a la cuestión de “el Buda no enseñó el dharma para esta vida”; depende de que se entienda por esta vida. El Buda, en efecto, enseña que el mundo de lo relativo, de lo discriminativo, del me gusta y me disgusta, del quiero o no quiero, en definitiva el mundo mundano (que es a menudo a lo que se denomina «esta vida») es fuente de sufrimiento y que quien quiera liberarse de ese sufrimiento ha de dejar de estar apegado a todos esos objetos creados por nuestra discriminación. Sin embargo, si por “el Buda no enseñó el dharma para esta vida” pensamos que lo que se quiere decir es que el Buda sitúa la liberación en un más allá de esta vida (que es lo que suele suceder en las otras religiones); entonces ese tampoco es el camino budista.
De alguna manera podemos decir que, según el Buda, la liberación de duhka (lo que habitualmente se traduce como sufrimiento, pero cuyo campo semántico en sánscrito es más amplio) no está en «esta» vida, pero tampoco se encuentra en un «más allá» de esta vida, sino, en todo caso, en un «más acá» de esta vida.
Creo que a lo que se refieren los críticos que usan ese argumento es que la finalidad del dhamma de Buda (según ellos) no era mejorar esta vida presente para que fuera más suave sino escapar del ciclo de renacimiento. De ahí la renuncia, la repulsión o desencantamiento con los placeres de esta vida, una vida que se estima indeseable y de la que por lo tanto hay que liberarse; y de ahí que esos críticos tengan aversión a un budismo que busca su meta en esta misma existencia.
Pero la historia del budismo está llena de corrientes que han sido más negativas hacia la vida y otras que han sido más afirmativas de la vida; siempre han habido ambas.
La renuncia, la repulsion o desencantamiento con los placeres de esta vida paracen más bien, a priori, del ascetismo del yoga. Finalmente la práctica del Zen, más allá (pero más allá en este instante presente y en esta vida) de Budismo o cualquier «ismo» propone la Vía del medio. Las corrientes negativas son, como las religiones producto del ser humano no del propio concepto. Finalmente, en el sutra de la Gran Sabiduría Maka Hannya Haramita Shingyo, se dice «no hay felicidad ni infelicidad, ni sufrimiento ni placer, ni por lo tanto nada de lo que liberarse». Todo es tal cual… A su vez la finalidad de cualquier práctica, como por ejemplo el Budismo Zen es mushotoku, sin espiritu de obtención alguna. A veces identificamos budismo o práctica con lo que algunos han dicho o han interpretado, pero se trata sobre todo de una vivencia aquí y ahora. Agradezco vuestra paciencia y comprensión con mi comentario inicial pero, finalmente, estoy feliz de haber entablado este debate con vosotros por que sigo aprendiendo y abriendo mi visión a veces estancada. Gassho!
Buenísimo !! Un abrazo cordial.