«Todo está ardiendo,» declaró el Buda en su conocido Discurso del Fuego, «ardiendo con el fuego de la codicia, con el fuego de la aversión, con el fuego de la confusión; ardiendo con el nacimiento, la vejez y la muerte; con las penas, lamentaciones y dolores, con angustia y desesperación.» Hoy, este símil cobra una nueva dimensión: el mundo está literalmente calentándose, y en gran parte debido a nuestra conducta vinculada a los tres fuegos del budismo.
El budismo se enfrenta a una nueva situación y los practicantes laicos tienen, más que nunca, un papel crucial. Un enfoque contemporáneo del dharma no puede pasar por alto aquellos aspectos de nuestro comportamiento que tienen un impacto en la sociedad y en el medio ambiente. Un budismo verdaderamente de nuestro tiempo debe incluir en su definición de ‘práctica’ nuestro compromiso con la sociedad, nuestro papel en el planeta y nuestra involucración política.
Tradicionalmente, el budismo no puso énfasis en estos aspectos ya que los especialistas en trabajar para calmar los fuegos de la codicia, la aversión y la confusión eran monásticos, que por lo general no participaban ni participan en la sociedad de consumo, especialmente en la tradición theravada; y los seguidores laicos vivían hasta hace muy poco en sociedades no-democráticas, es decir, que sus intenciones y sus valores no se traducían en un voto para ser representados en el común de la sociedad.
Además, los tres fuegos se concebían casi exclusivamente en términos individuales. Hoy, sin embargo, podemos entenderlos también en términos sociales o estructurales, tal y como David Loy explicaba en esta interesantísima entrevista con su concepto de la institucionalización de la codicia (el consumismo capitalista), la aversión (el sistema militar) y la confusión (los medios de masas).
Este año, el Papa Francisco sorprendió con una encíclica que trataba su preocupación por el medio ambiente. Ahora es el turno de los budistas. Hace un par de meses se constituyó el Global Buddhist Climate Change Collective (colectivo budista global para el cambio climático), compuesto de varias organizaciones ecologistas budistas e interreligiosas. El 29 de octubre de 2015, hicieron pública una declaración que firman personalidades como el XIV Dalai Lama, el XVII Gyalwang Karmapa, el impulsor del llamado budismo comprometido (engaged Buddhism) y monje zen Thich Nhat Hanh, o Bhikkhu Bodhi.
Es una gran iniciativa y es destacable que líderes de casi todas las (muy) diversas tradiciones budistas se hayan juntado para esta causa común. Esperemos que esto sea sólo el inicio de una serie de proyectos que impulsen acciones concretas que puedan tener un impacto significativo para el medio ambiente y, por consiguiente, para el bienestar de todos. Puedes leer la declaración en español aquí:
Declaración budista a los líderes del mundo sobre el cambio climático.
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«El mundo esta literalmente calentándose». Falso, desde hace 15 años la temperatura esta bajando, y 5 inviernos brutales.
He contado 23 veces la palabra climatico y solo una la palabra humanidad. No recuerdo haber leido ni una sola vez la palabra climatico o similar en los extensos textos budistas. La palabra cambio es muy frecuente, asi es la naturaleza. A mi me importa mas la humanidad, aquí y ahora. Y esa humanidad va a sufrir no por el cambio climatico, sino por los impuestos, tasas, restricciones que van a poner los de siempre: los poderosos. Los que salen en el telediario
No habrá mas libertad, sino menos.
No habrá menos sufrimiento, sino mas.
Es la ignorancia, un viejo conocido, ahora exacerbada con los medios de comunicacion
Asi que refugiándome en los Kalamas:
No confíes en lo que diga un hombre, ni siquiera en lo que yo te digo, estudia, reflexiona lo que escuches y toma lo bueno, lo que te beneficie a ti y a tu entorno, porque tu solo puedes aceptar la idea de un extraño si la estudias detenidamente.
Duda de todo. Encuentra tu propia luz.
No creas algo solo por que se comenta y se rumorea.
No aceptes las tradiciones sólo por que son antiguas y hayan sido admitidas a través de muchas generaciones.
No creas algo por que se hable mucho acerca de ello.
No creas en el testimonio escrito de algún antiguo sabio.
No creas en la opinión popular ni en la costumbre.
No admitas cualquier cosa de tus maestros.
Somete toda enseñanza y práctica a tu propia experiencia; si después de una cuidadosa investigación están de acuerdo con tu razón y
con tu corazón, y son conducentes tanto para tu bienestar como para el de los demás, entonces, solo ahí, acéptalas como verdades y regula tu vida en consecuencia.
Buda
Gracias por comentar.
Como dices, la literatura budista es muy extensa. Aquí tienes una ocasión en la que se habla del clima: «Algunas sensaciones, Sivaka, se originan por causa de los cambios climáticos.» Esto pertenece al Discurso a Sīvaka (Saṃyutta Nikāya 36.21), en el que el Buda explica que no todo se debe a las acciones en vidas pasadas sino que ésta es sólo una de las muchas causas. Obviamente, no se refiere al fenómeno global actual ya que no tenían ese concepto durante toda la historia del budismo (igual que tampoco lo hemos tenido nosotros hasta hace muy poco), y la ausencia de este fenómeno tratado directamente en los textos no significa que no pueda analizarse a partir de las ideas y los valores fundamentales del budismo, que es lo que hacen esas personalidades budistas hoy con este comunicado.
Asimismo, te reto a encontrar la palabra «humanidad» en la mayoría de textos budistas antiguos: no existía esa conciencia, y eso no significa que no podamos acogerla hoy en un budismo actual. Lo que más se acerca a esa idea es el «todos los seres sensibles» característico del mahayana, y aun así no encaja exactamente con humanidad ya que incluye a los animales.
Ciertamente las restricciones de «los de siempre» crean sufrimiento, pero los desastres naturales que presuntamente el cambio climático agrava también pueden crear sufrimiento.
El consejo a los Kālāmās es poderoso, pero no puede aplicarse selectivamente: si no hay que creer algo por mera tradición o textos, entonces no es relevante la ausencia de los términos «cambio climático» en los textos budistas, y sobre la veracidad del calentamiento global hay mucha literatura científica que puede consultarse para comprobarlo por uno mismo. De todos modos esto sería un debate para otro tipo de blog.
Lo que sí que concierne aquí es la apelación a los Kālāmās. Me gusta que cites ese texto porque es importante en el budismo contemporáneo y para la actitud reformista, pero siempre es mejor citar apropiadamente. El texto es éste:
«Venid vosotros Kālāmās. No aceptéis por tradición oral, no por linaje de la enseñanza, no por rumores, no por colección de escrituras, no a causa de la lógica, no a causa de la inferencia, no por consideración de causas, no por aceptación reflexiva de una idea, no por la competencia [del maestro], no porque el asceta es nuestro maestro. Pero, Kālāmās, cuando vosotros comprendáis en vosotros mismos: ‘Estas cosas son insanas, estas cosas son reprochables, estas cosas son censuradas por los sabios, estas cosas, cuando aceptadas y practicadas, conducen al sufrimiento y perjuicio. Entonces, Kālāmās, vosotros deberíais abandonarlas.” (Aṅguttara Nikāya 3.65)
Creo que es un caso más de traducción
There are cases where some feelings arise based on phlegm… based on internal winds… based on a combination of bodily humors… from the change of the seasons…
O sea, viene a decir “el cambio de las estaciones” no “el cambio climático”. Voy a tomarlo con humor, porque tiene gracia la cosa. Para empezar porque justamente es ese punto: el cambio climático es lo que ha sucedido desde que este planeta da vueltas alrededor del sol, y así seguirá siendo, o mejor dicho cambiando naturalmente, de estación en estación, de ciclo en ciclo, de día y noche, de era en era. Anicca! Anicca! Anicca!
De todos modos el problema creo que está en la causa del cambio, más que en el cambio en sí. Ya que si no hay cambio o hay cambio pero las causas son naturales, no habría nada que hacer. Así que las causas tienen que ser antropogenicas si o si, si no no hay negocio. Y eso casa muy bien con el famoso “agente” causal. Pero el problema es que el budismo dice que no hay tal agente, que simplemente es un mecanismo que funciona solo, como la gravedad. Así que parece que también se cargan el concepto budista de annata. Y esto les encantara a los cristianos y demás monoteístas que sí que son de agente Agente
Total que no alcanzo a comprender como los budistas firmantes pretenden que no haya más anicca ni annata. Debe ser porque no soy budista y ellos nada menos que eminencias, santidades, realezas, prelados supremos, amados lideres, y patriarca . . .jo Thich Nhat Hanh es un patriarca, que no se enteren las feminazis.
Hace 6 años y dos meses, en otro foro budista, ya hubo un debate semejante. Dejo el enlace por si queréis ver la conversación. http://www.bosquetheravada.org/index.php?option=com_kunena&func=view&catid=29&id=3879&limit=5&limitstart=5&Itemid=2399
En una lectura rápida comparando los dos textos sobresale el hecho de que el temido calentamiento global ha desaparecido del nuevo texto.En el texto de hace seis años se menciona 4 veces. Y de repente desaparece. Que paso? Donde está? No era tan terrible y amenazante?
Otro cambio es que quitan lo de las 350 ppm, partes por millón, que es como un nivel de CO2, (avalado por el Dalai Lama nada menos) que es bastante incompresible, aunque eso si que seria directamente controlable, al menos bajo una dictadura mundial. En lugar de eso quieren
asegurar que el aumento de la temperatura global se mantenga por debajo de los 1.5 grados Celsius, comparable a los niveles pre-industriales
Esto es totalmente imposible, y es un nivel de pensamiento delirante ya que no hay ningún termostato gigante que lo pueda hacer. No existe semejante relación de causa y efecto y a pesar de
Claro que todo empieza a encajar aquí
También pedimos un acuerdo común para aumentar los fondos para combatir el cambio climático
Y aquí quería llegar. Pero será en otro post
Hola.
Como puedes ver tanto en tu primer comentario como en mi respuesta a ése, lo que buscábamos era una referencia al clima, no al fenómeno del cambio climático que conocemos hoy en día, que ya apunté que no aparece en los textos y por razones muy comprensibles. Algunas traducciones dirán estaciones y otras clima, de todos modos la palabra original es otra, pali. Mi único objetivo era apuntar que sí hay referencias a las estaciones o clima (temperatura, etc.), llamémoslo como queramos. E incluso si no la hubiera, esto no invalidaría nada, ya que el budismo es una tradición viva y cambiante.
La idea de que los humanos hayan podido acelerar el proceso del cambio climático, o en general que hagan cosas que afecten a su entorno, es del todo coherente con las doctrinas budistas: el budismo enseña que las personas realizan actos y experimentan las consecuencias de esos actos. Y precisamente por eso mismo son capaces de avanzar en un camino espiritual, realizando acciones hábiles o beneficiosas que tengan ciertos efectos (que conduzcan al nirvana). Uno puede matar o no matar, hablar con malicia o desde la bondad, talar árboles o no hacerlo. Negar la realidad y las consecuencias de esos actos contradiciría el mensaje del Buda. El Buda entendía que las personas son capaces de percibir, querer, pensar y actuar: si no, no sería coherente enseñar nada a poner en práctica. El mensaje de anatta es que este fenómeno que llamamos persona no contiene ninguna esencia inalterable, independiente. Ciertamente, no hay un agente ‘aislable’ de sus sentidos y estímulos (forma), sensaciones, percepciones, voliciones y consciencia, pero esos cinco agregados psicofísicos (khanda) que conforman la persona viven y actúan en el mundo de forma condicionada. Pero la doctrina de anatta no niega la realidad de las personas ni de nada: eso es caer en el nihilismo que también se enseñaba en la época del Buda y que él mismo rechazó.
No creo que los budistas firmantes pretendan que no haya más anicca ni anatta: ¿sus acciones van a detener la impermanencia y petrificarlo todo para siempre? Es más, la doctrina de la impermanencia no llama a la inacción o la pasividad. Al revés: que las cosas surjan de causas y condiciones y que no seamos un ente separado de todo eso significa que siempre estamos afectando y siendo afectados por el curso de los eventos, y que por lo tanto tenemos la capacidad de modificarlo. Son fantásticas noticias. Y repito: sin eso no sería posible el progreso espiritual ni de ningún otro tipo. Uno puede mejorar las condiciones en este mundo (¿no es el objetivo del budismo la reducción y final erradicación de dukkha, el sufrimiento?) y aliviar el dolor de otros en la medida de lo posible, al mismo tiempo que uno intenta personalmente aprender a comprender y acoger cada vez más el dukkha del mundo con ecuanimidad.