Guía para sanghas: cómo compartir tu práctica

Cuando meditamos cultivamos un espacio interior de apertura, aceptación, sin juicios. Pero este espacio no debería permanecer privado: tarde o temprano tenemos que extenderlo. Y antes de pretender abarcar el mundo entero y construir una sociedad iluminada, empecemos con círculos más pequeños.

Está el círculo de nuestras amistades, familia y gente del trabajo: ahí podemos aplicar las actitudes meditativas. Pero obviamente no vamos a darles la lata con budistadas varias y a aporrearles con los conceptos que acabamos de aprender. Como dijo un maestro —creo que Jack Kornfield pero no estoy seguro: camina por el mundo como si fueras el Dalai Lama de incógnito.

Luego está otro círculo: la sangha, la comunidad de práctica. (Y si no está, ¡créalo!) Son esas amistades con quienes la práctica, al contrario del incógnito, es explícita y compartida. He sido algo pesado en artículos recientes con la importancia de la sangha, pero en ésta nuestra era de la individualidad, eso es lo que tenderemos a olvidar. Reconocer esa tendencia condicionada nos brinda la oportunidad de cultivar circunstancias que hagan de contrapeso.

Sin embargo, no es nada obvio cómo estructurar un grupo de práctica y sus encuentros para que cumpla con su orientación o funciones, que ya no son sencillos de identificar. Queda claro que un elemento fundamental es compartir nuestras experiencias. Si un curso o clase te proporciona la práctica, una sangha es adonde traes tu práctica y la compartes —aunque, idealmente, ambos formatos cubrirán esas distintas funciones.

En este post quiero explorar el aspecto de compartir la práctica desde mi experiencia de guiar una sangha así como de ser parte de varias. No será exhaustivo pero espero que sí útil. Me encantará recibir vuestras observaciones y experiencias, y así seguir la conversación en la sección de comentarios y nutrir posibles artículos futuros.

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¡Conecta con otros!

¿Te gustaría encontrar un grupo de meditación en tu localidad, con gente que compartiera un enfoque secular de la práctica budista? Pues, seguramente, no lo hay. Pero esto no significa que tengas que conformarte con conexiones virtuales. Las sanghas de otras formas de budismo, tradicionales, son muy buen recurso incluso si no sientes que encajes al cien por cien en ellas, y a falta de pan…

¡… sal a comprarlo! Muchos me escriben buscando un grupo en su zona, así que he decidido abrir una página donde los grupos que existan puedan publicitarse y la gente interesada en iniciar uno, o por lo menos conectar con otros que vivan cerca, pueda poner su contacto ahí. Todo empieza con un encuentro en un bar; luego se busca un lugar y un día para quedar a meditar regularmente y, a partir de ahí, a ver qué pasa…

Esto no es ninguna institución establecida (los grupos comparten el enfoque secular pero son autónomos) y no hay manuales a seguir, pero sí mucho por hacer. Ve al menú, visita la página de grupos y si tu ciudad no aparece en la lista y te gustaría que apareciera… ¡ya sabes!

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