[2 páginas]
En un artículo de hace poco más de dos meses, comentábamos los riesgos de sacar la meditación de su contexto original, y el peligro de la fina línea entre lo que es adaptación y lo que es apropiación, o empeoramiento, o decadencia. (Evidentemente, hasta cierto punto estas distinciones son subjetivas.) Pero lo que quedaba claro es que, por si misma, la meditación –el ahora tan de moda “mindfulness”– no implica necesariamente dharma, ni valores éticos, ni espiritualidad. Hay que preguntar: ¿Dónde se enmarca esta meditación? ¿Qué ideas la sustentan? ¿Con qué objetivo y con qué motivación se practica?
Seguramente uno de los casos más exagerados de la apropriación de la técnica sin tomar (ni repensar, ni intentar adaptar) el espíritu original es el llamado ‘mindfulness corporativo’, con el innovador Google en primera fila. Google ha diseñado el programa Search Inside Yourself, en el que se puede encontrar esto:
Desarrollado en Google y basado en las últimas investigaciones neurocientíficas, nuestros programas ofrecen entrenamiento en atención y mindfulness, formando las habilidades básicas de inteligencia emocional necesarias para el rendimiento óptimo y el liderazgo efectivo. Ayudamos a profesionales de todos los niveles a adaptarse, a equipos de gestión a evolucionar, y a líderes a optimizar su impacto e influencia.
Chris Curtis, en una entrevista en Tricycle, comenta:
¿La conciencia plena [mindfulness] está permitiendo a las corporaciones ‘optimizar impacto’? En esta línea, la conciencia plena puede ser extraída de un contexto de significados, propósitos y valores budistas. La meditación y la conciencia plena ya no son parte de una forma de vida completa sino sólo una tecnología espiritual, una app mental que es la misma sin importar cómo se use o para qué.
(fuente)
Pues, ahora un pequeño vídeo. Google: Wisdom 2.0 Conference. ¿Tema? La conciencia plena.
Durante el acto, unos activistas subieron al escenario con una pancarta en la que ponía “San Francisco libre de desahucios” y gritaron eslóganes como “San Francisco no está en venta”. Ignoro si los problemas de desahucios de San Francisco están directamente relacionados con Google, y la verdad es que ahora mismo no dispongo del tiempo para confirmarlo, pero esto no es demasiado importante. Lo interesante es ver qué sucede a continuación, la parte que está subtitulada para que nadie se la pierda: uno de los conferenciantes usa el momento para convertirlo en práctica, lo que de entrada puede parecer buena idea (todo puede ser práctica), pero que, pensándolo bien, acaba siendo más bien frío y hasta cínico. Aquí un extracto del blog de la conferencia en donde se relata, no sin cierta condescendencia, el incidente:
Pueden imaginarse intentar continuar la presentación delante de miles de personas después de esa escena, pero Bill Duane lo gestionó con increíble gusto y compasión. Saliéndose del guión, tomó un momento para situar a los asistentes en una simple meditación, invitándonos a acoger ese momento, sin juzgarlo bueno o malo. Nos pidió que examináramos nuestra relación con el conflicto, y concretamente con el que acababa de ocurrir en el escenario. En uno de los verdaderos momentos que no te podías perder de Wisdom 2.0, lo que había parecido una interrupción emocionalmente discordante se transformó en un momento de conciencia y paz.
(fuente)
Concretamente, Bill Duane pidió a los asistentes que conectaran con su cuerpo y la sensaciones de estar frente a un conflicto, frente a gente con verdaderos ideales, quizás distintos de los suyos. Cierto, en ese momento poco más podía hacer (no podía, por ejemplo, parar toda la conferencia para sentarse con los manifestantes y analizar las circunstancias urbanísticas y financieras de la ciudad), pero tampoco calificaría su respuesta como “tratar el tema con compasión.” Toda esa escena sirve de genial ejemplo de qué puede suceder cuando la conciencia plena se secuestra de su marco ético global, ya sea tradicional o adaptado, y se convierte en puro producto para el bienestar. Es decir, que la meditación ya no sirve para sensibilizarse con uno mismo, empatizar con los demás, comprender lo que nos impide involucrarnos para disolverlo y, así, poder involucrarnos, sino para seguir aislados frente a una injusticia, no hacer realmente nada y dedicarse solamente a uno mismo: llega a ser autoindulgente. Amanda Ream, que organizó la protesta, se explica así:
Igual que el aburguesamiento de un barrio donde gente nueva y adinerada desplaza a otra gente que ha vivido ahí durante más tiempo, hoy el dharma está viviendo un proceso de aburguesamiento en San Francisco. Se ha perdido la visión más amplia de las enseñanzas que nos piden que consideremos nuestra interdependencia y que vayamos más allá de la autoayuda y del tratar sólo nuestro propio sufrimiento. El dharma nos dirige a sentir el sufrimiento de los demás.
(fuente)
A mi modo de ver, el problema de la autoayuda es cuando olvida a la mundoayuda. Y así es como más y más se está utilizando la conciencia plena: para sentirse bien uno mismo — y ya está. Creo que es bueno reflexionar sobre el peligro de que la meditación se acabe conviertiendo (si no lo está haciendo ya) en ese sistema de autobienestar que no nos abre los ojos a los demás, sino todo lo contrario. Quizás no tanto para decidir si esa meditación es legítima o no, budista o no, permisible o no; sino más bien para ser conscientes de cómo queremos nosotros utilizar la práctica y cómo la estamos usando.
Al final de la conferencia, Amanda Ream repartió folletos a los asistentes: “Gracias por vuestra práctica. Os invitamos a considerar la verdad tras Google y el impacto que la industria tecnológica tiene sobre San Francisco.”
Creo que cada persona en su interior debería saber como congeniar con los problemas de su entorno y esa conciencia social , no veo como pueda ser alimentada desde el campo de la meditacion , si no hay previamente un marco ético mínimo que haga de guia al individuo .
La meditación, como herramienta, también modela nuestra sensibilidad, puesto que intensifica nuestra percepción y nos hace más concientes. También fomenta una actitud menos egocéntrica y nos hace percatarnos de cómo actúan nuestros megusta y nomegusta.
Un artículo de interés, contenido y escritura esencial. Al corazón de asunto. Los no-valores corporativos casi que lo secuestran todo. Pensamiento, imaginación, sentir, formas de existir… y así para comenzar, o en medio de todo. Esperemos que no finalmente; porque el budismo-hoy tiene sabiduría, para lograr ser comprendida y profundizada. Su último párrafo apunta muy bien a aquello en que consiste o quisieramos que fuese nuestra práctica ética con respecto a éste fenómeno. Fenómeno inevitable, pero posible de afrontar. A través de estas reflexiones. Gracias.
Más precisamente, quise decir ‘su penúltimo párrafo apunta…’. La invitación de la señora Ream también la encuentro significativa.