¿Y si viéramos a Buda como un filósofo griego?

Este fin de año me ha pillado en Atenas, un lugar en el que seguramente es imposible no sentirse volviendo a un origen. Por intensas y cargadas de significado que fueran mis sensaciones en Lumbini y en las excavaciones de Kapilavastu, ciudad donde se crió el Buda en Nepal, no fueron sensaciones de cuna cultural. En cambio, caminar por el centro de Atenas, alzar la vista y ver el Acrópolis es como occidente dándole de bofetadas a mis pretensiones de budista.

Y aun así, mi mirada tampoco es la de cualquier otro occidental porque, cuando subiendo hacia el Acrópolis me encuentro una estatua de Menandro, donde los demás ven a un rey griego yo veo al interlocutor del monje budista Nagasena que aparece en el canon pali. Le tomé una foto:

Quizás una de las diferencias, me guste o no aceptarlo, es que mientras Atenas me dice «filosofía» y me sugiere a gente debatiendo y haciéndose preguntas, Lumbini me dice «religión» y me resuenan cantos y prostraciones; y no es que haya nada de malo en estas cosas en sí. Lo que el contraste me revela es algo que ahora va a sonar como si acabara de descubrir América: que el budismo es percibido como una religión, incluso por mí mismo. Al fin y al cabo, por budista secular que me etiquete, no dejo de vivir en un entorno del que absorbo percepciones. ¿Hasta qué punto debe de condicionarme esto a la hora de interpretar y poner en práctica las ideas del Buda?

Lo que me entristece es que la dicotomía religión-filosofía no hace justicia ni a la filosofía de la antigua Grecia ni al budismo primitivo. La realidad es que ambas cosas están mucho más cerca de lo que parece: para los griegos la filosofía era una forma de vida, una práctica, no una disciplina académica, abstracta y especulativa, y algunas escuelas hasta vivían en comunidad; el budismo primitivo se parecía mucho más a esto que a una religión. Los discursos del canon pali son situacionales y muestran al Buda haciendo su versión de la maiéutica, el método socrático, cuestionando a sus seguidores o respondiendo a quienes acuden a él con preguntas. A la vez, están vacíos de muchos de los elementos que para nosotros caracterizan a una religión.

Entre los cínicos que vivían sin hogar ni casi posesiones y los bhikkhus (monjes/mendigos) del budismo primitivo no hay tanta diferencia; entre el errante Gotama caminando por la India y conversando con mercaderes, reyes, ascetas o artesanos y los filósofos peripatéticos debatiendo en los patios del Liceo de Aristóteles, tampoco. En cierto sentido es extraño que se coloque al budismo al lado de las grandes religiones monoteístas, ya que desde el punto de vista de lo que era en origen tendría más lógica ponerlo junto a las escuelas filosóficas helenísticas.

Recuperando esta idea de la filosofía como práctica, hace unos años ha surgido el estoicismo moderno, un movimiento pequeño pero que ya cuenta con varias webs, libros, una Semana Estoica anual, una app… y dudo mucho que nadie vea a esta gente como remotamente religiosa. Me pregunto si para quienes tenemos interés en un dharma secular, de nuestro tiempo y cultura, no tendría más sentido reivindicar el diálogo del budismo con el estoicismo, por ejemplo, en lugar de con la alineación habitual de un encuentro interreligioso. ¿Qué cambiaría si nosotros mismos viéramos el budismo desde la perspectiva de una antigua escuela filosófica y al Buda como una figura equiparable no a Jesucristo sino a Epicuro o Sócrates, de quien fue contemporáneo? ¿No sería mejor puente entre ambas culturas?

uno debe vivir sin opiniones, sin inclinaciones hacia un lado u otro, firme en el rechazo de elegir, diciendo de cada cosa que no más ‘es’ que ‘no es’, o que ‘es’ y ‘no es’, o que ni ‘es’ ni ‘no es’
Timón, sobre el escepticismo de Pirrón de Elis

«¿El maestro Gotama opina que tras la muerte un Tathagata (persona liberada) existe?» «No.» «Entonces ¿opina que no existe?» «No.» «Entonces ¿opina que existe y no existe?» «No.» «Entonces ¿opina que ni existe ni no existe?» «No.»
Aggivacchagotta sutta, MN 72 (abreviado)

Es posible que los puentes ya existieran. He aludido a Las preguntas del rey Milinda (Menandro), y en otro post exploré que la imagen del Buda ¡¡se la debemos a los griegos!! Pirrón de Elis viajó a India con Alejandro Magno poco después de la vida del Buda y, como se puede ver en las dos citas de arriba, el escepticismo que fundó tiene muchos puntos de conexión con el budismo primitivo, o más en general con las tradiciones indias de entonces.

Hoy en día en los círculos del budismo secular ya hay un interés por estas escuelas. A Batchelor y Peacock les fascina el escepticismo de Pirrón a la luz de los poemas del Atthakavagga (incluí uno de esos poemas, muy ilustrativo, en el post anterior); se pueden encontrar artículos sobre budismo y estoicismo; y Massimo Pigliucci, uno de los impulsores del estoicismo moderno, ha manifestado su afinidad con el budismo secular. Luego hay otros nexos menos explícitos, como los programas de MBCT, donde el mindfulness viene del budismo y la terapia cognitiva tiene influencias estoicas.

Comparar todas estas tradiciones aquí sería imposible y, además, la reflexión principal de este post ya la he hecho; pero sí me gustaría señalar algunos puntos de conexión con el estoicismo porque es una tradición que he ido descubriendo y apreciando en el último año. El estoicismo cuenta con la enseñanza de estar en el presente y de practicar el autocontrol, algo muy presente en el budismo primigenio (saṃvara en pali) y muy a menudo como aliado de la plena consciencia.

Antonia Macaro escribe que el ‘vivir acorde con la naturaleza’ de los estoicos significa avenirse o adaptarse al principio racional que ordena el mundo. Y la palabra ‘dharma’ se refiere a lo mismo: es el orden de las cosas, el ‘cosmos’, la ley, así como la manera de comportarse de acuerdo a eso. La definición de ese principio es distinta en ambas tradiciones pero hay una gran similitud estructural y un punto de partida de reflexión que es común. Al final, la originación dependiente o surgir condicionado (paṭiccasamuppāda) es una ley natural, así como su concepto hermano del no-yo (anattā), y Sayadaw U Tejaniya para referirse a estas cosas usa la palabra ‘naturaleza’.

Los estudiosos suelen tener problemas al calificar la ética budista utilizando las categorías occidentales, pero a mi modo de ver la que mejor encaja es la ética de la virtud, la que se fundamenta en la formación de un carácter virtuoso. Ésta es propia de la filosofía helenística, y es muy claro leer el budismo desde este prisma. Además, la virtud más elevada es la sabiduría, y no hace falta argumentar el apoyo budista a esto ¿verdad?

Hace un par de meses leí el Enchiridion de Epicteto, el «Manual para la vida feliz». Aún tengo pendiente leerme el comentario de Pierre Hadot, que estoy seguro que no decepcionará. Algo que me pareció de una utilidad casi directa fue la distinción entre lo que realmente importa (la virtud) y los indiferentes (preferidos y dispreferidos). Los indeferentes son aquellas cosas que podemos preferir o no, y por lo tanto intentaremos perseguir unos y evitar otros, pero que en definitiva no nos impiden nuestra práctica de la virtud. Por ejemplo, puedo preferir tener riqueza o gustar a la gente, pero al final mi cultivo de la virtud no depende de eso.

Los cínicos eran de la opinión que estos indiferentes no eran indiferentes en absoluto, sino que distraían de lo que es realmente importante. Y estaremos de acuerdo en que a veces lo hacen, porque al fin y al cabo nuestro tiempo es limitado. El budismo se nos presenta a veces del lado de los cínicos, especialmente los enfoques con fuerte énfasis monástico. Pero si leemos el canon pali descubrimos que, a pesar del sabor renunciante que domina los textos, también hay tolerancia con las comodidades domésticas en cuanto a los laicos. En el Manual, Epicteto considera que ciertos indiferentes son preferibles sólo en tanto que facilitan el cultivo de la virtud —la salud o la educación son ejemplos claros— pero no más allá de eso. Me parece un criterio que puede ayudar a que un dharma secular no acabe siendo una forma de validar comodidades que consideramos no-negociables añadiéndoles el adjetivo mindful y que no nos damos ni la más remota cuenta de cuán excepcionales han sido en la historia e incluso hoy para mucha población del mundo. (Sabemos que el budismo secular corre este peligro «diluidor»).

Otra idea estoica fundamental es diferenciar entre aquello que está bajo nuestro control y aquello que no. Esto tiene que tenerse en cuenta en la persecución y evitación de los indiferentes. De esta manera, se practica aceptar tal como es aquello que no podemos cambiar, pero se trabaja para cambiar el resto. En esta idea el budismo puede aportar mucho, y también discutir un rato sobre hasta qué punto lo que los estoicos consideran bajo nuestro control lo está realmente o no. Pero al mismo tiempo el estoicismo puede equilibrar el inmovilismo que a veces el dharma parece promover, con ese énfasis suyo en la aceptación, que fácil—y erróneamente, creo yo—se lee como resignación. (Esta cuestión daría para un post entero…)

Tras leer el Manual de Epicteto y husmear por internet artículos y vídeos sobre estoicismo, clásico y moderno, me sentí devuelto a casa, de una forma muy somática, como ayer paseando entre runas atenienses, y sin que eso hubiera supuesto ningún alejamiento del budismo secular que practico. Puede que sea por lo común entre estas dos filosofías prácticas, y/o porque probablemente siempre haya leído el dharma de una manera sutilmente influída por la filosofía helenística que dio forma a mi cultura. Pero mi sensación no fue tanto que el estoicismo completara mi budismo, sino que reordenaba y clarificaba varias de sus ideas. De hecho estaría más de acuerdo con lo contrario: que el budismo es más elaborado y completa el estoicismo, como opina mi amigo Stefan.

Me gustaría terminar con unos cuantos ejemplos prácticos. Como muchas de sus escuelas hermanas, el estoicismo cuenta con ejercicios filosóficos o meditativos. Sugiere reflexionar por la mañana, en especial si tenemos tiempo y podemos ir a dar un paseo, y contemplar la propia mortalidad y la certeza de la vejez, un ejercicio digno de ‘lam rim’. Otra meditación, llamada el círculo de Hierocles, consiste en imaginarse en una ‘área de preocupación’ que se expande, y va incluyendo a familiares, amigos, vecinos, conciudadanos, animales, el mundo entero… ¿No recuerda a mettā y la compasión? Massimo Pigliucci cuenta que un elemento importante de su práctica cotidiana es el mindfulness ético. Él lo define así:

«en parte es intentar vivir hic et nunc (aquí y ahora), sin arrepentimientos acerca del pasado ni preocupaciones acerca del futuro (ni el uno ni el otro están bajo mi control). También significa recordarme que casi todo lo que hacemos tiene una dimensión ética, desde dónde compramos comida o ingresamos nuestro dinero a cómo tratamos a nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo e incluso gente desconocida.»

La idea del mindfulness ético me encanta. Técnicamente no es ninguna novedad: el mindfulness budista siempre ha tenido esta función y es sólo recientemente que ha pasado a un segundo plano, eclipsada por una obsesión en mudarse en el ahora que a veces parece que sea autojustificada, por su propia virtud. Y quizás en lugar de abogar por recuperar esta dimensión del mindfulness, que es lo más rigurosamente cierto, sería mejor articularlo en términos de aplicar esta práctica (cada vez más conocida) al terreno ético y de nuestras motivaciones. No es mal deseo para el 2018.

De momento yo seguiré unos días por Atenas, preguntándome de qué manera la filosofía de los griegos puede iluminar cómo presento el dharma, cómo lo entiendo y cómo lo practico. Que tengáis un buen inicio de año. 😊


Si te gustan los artículos de este blog, considera mostrar tu apoyo y generosidad haciéndote mecenas en Patreon o con un donativo puntual. Estarás ayudando a mantener esta web viva (¡y sin publicidad!) y me estarás ayudando a mí a seguir escribiendo. Lee más aquí.

Para estar al día de publicaciones, dale a Seguir en el menú de la derecha. ¡Muchas gracias! 🙂

¿Deberían ser vegetarianos, los budistas?

Comer carne: ¿sí o no? ¿Es aceptable para un budista? El cliché es que los budistas son vegetarianos, pero ¿es eso cierto? ¿Cómo se ha tratado el tema a lo largo de la historia del budismo? Y ¿es necesariamente una cuestión de blanco o negro?

DSC01179

El objetivo principal de las enseñanzas budistas es terminar con el sufrimiento, entendido en un sentido amplio que recoge el término dukkha, o por lo menos reducirlo en gran medida. Esto se aplica tanto al dukkha propio como al ajeno. Y con ajeno se incluyen no sólo a las demás personas sino a todo ser vivo. El budismo tiene menos argumentos que otras religiones para concebir a los animales como seres instrumentales, ya que no cree en un Dios que haya podido crearlos para beneficio de los humanos en tanto que criaturas elegidas. Además, el primer precepto laico es abstenerse de causar daño a seres vivos. El término que usan los textos del canon pali es panatipata: destruir seres “que respiran” (pana), lo cual engloba igualmente a humanos y animales.

En su blog, Bhikkhu Sujato argumenta que lo más coherente con las enseñanzas del budismo es no consumir productos animales; y especialmente hoy, que hay más alternativas y la ganadería industrial implica no sólo matar a los animales, sino a menudo someterles a unas condiciones de vida deleznables. Su postura es difícil de rebatir. Pero ¿significa esto que los que comen carne deben sentirse malos budistas? ¿O que los vegetarianos pueden mirarlos por encima del hombro?

Con el vegeterianismo suceden cosas que no pasan con otros aspectos de la práctica budista: los carnívoros se sienten atacados, o creen que no pueden realmente practicar el dharma mientras coman animales; y los vegetarianos y veganos caen en la superioridad moral. No veo que esto suceda con la mentira, con el cotilleo, con el cultivo de la atención, con el consumo de alcohol o con el esfuerzo correcto. A pesar de que sea bastante obvio que dejar de comer animales, o de vestirnos con ellos, es una manera fantástica de evitar sufrimiento y ser más amables, puede ser interesante echar un vistazo a la historia.

Seguir leyendo «¿Deberían ser vegetarianos, los budistas?»

¿Una visión nueva u otro de los mitos que pretende erradicar?

“Budismo secular” se ha convertido en un eslogan: aparece en publicaciones, entrevistas, blogs y podcasts que exaltan o denigran el término y, ocasionalmente, a sus usuarios. Pero ¿qué es el budismo secular? ¿Ya está teniendo lugar? ¿Es necesario? ¿Se debería prevenir? ¿Qué haría? ¿Qué erradicaría? Por supuesto, es para hablar de esto por lo que estamos aquí en esta conferencia.

Así empezaba Akiñcano Marc Weber su intervención en la primera conferencia sobre budismo secular que tuvo lugar en marzo de 2013 en el Barre Centre for Buddhist Studies (EEUU). Y este blog empezaba con una versión resumida de un artículo sobre ese encuentro pionero. Durante su charla, Akiñcano ofreció una visión completa y personal del fenómeno del budismo secular emergente, clarificando lo positivo pero también aplicando una lúcida y poco practicada autocrítica. Os podéis descargar una traducción completa de su intervención, pero antes os dejo con unos extractos en los que se ponen de manifiesto unas ciertas tendencias en el budismo actual, la importancia de la ‘traducción cultural’ y los dos párrafos finales.

Descarga el artículo entero «Budismo secular: ¿una visión nueva u otro de los mitos que pretende erradicar?»

Seguir leyendo «¿Una visión nueva u otro de los mitos que pretende erradicar?»

¿Qué aspecto tenía Buda?

buddha_victoria__albert

Evidentemente, no sabemos con seguridad cuál era la apariencia física de Gotama; pero lo que sí podemos saber es que las referencias gráficas que tenemos no son la mejor pista. ¿Por qué? Mirad la imagen de la derecha y decidme que no os recuerda al arte griego… Desde nuestra macro-conectividad, tendimos a pensar en civilizaciones pasadas como aisladas las unas de las otras, con contactos ocasionales y separadas por distancias lentas de cubrir; pero las ideas transitaban en el pasado con más fluidez de la que quizá imaginamos, y la interacción entre India y Grecia es sorprendente.

Como muchos sabréis, Alejandro Magno llegó al subcontinente indio, en el que siguió habiendo durante siglos una región controlada por los griegos en el noroeste. Con él también fue el filósofo Pirrón de Elis, que al volver a Grecia estableció la escuela escéptica, con muchos puntos en común con el budismo. En el canon pali hay un libro tardío llamado Milinda pañha (‘Las preguntas del rey Milinda’) que recoge las conversaciones entre un monje budista llamado Nagasena y el rey indogriego Menandro. Menos conocida es una ocasión en el Majjhima Nikāya, la colección de discursos medios del Buda, en que se menciona a los Yonas (seguramente derivado pali de la región de Jonia) como ejemplo de sociedad en la que sólo hay amos y esclavos y los papeles pueden cambiar. El Buda usa ese ejemplo para deslegitimar la idea de que las cuatro clases sociales rígidas impuestas por los bramanes son la única opción, y proclama que tal división es un invento humano y no un designio de Dios (Brahma). (MN 93)

Pero lo que se cuenta poco, aunque es sabido y resabido, es que a los griegos les debemos la imagen del Buda. Y con esto no quiero decir que la imagen que conocemos hoy en día esté influída por el arte griego, no. Quiero decir que ellos fueron los primeros en representarle y se inventaron el aspecto de Buda.

Es probable que, por cuestiones culturales, las comunidades griegas de la India que se convirtieron al budismo no concibieran la ausencia de representación antropomórfica del personaje al que debían respeto. Sea por los motivos que fuera, se inventaron su imagen y la modelaron a partir del dios Apolo. En las estatuas del estilo de Gandhara, uno puede apreciar la influencia de las proporciones helenísticas, la toga greco-romana, e incluso el pelo.

Seguir leyendo «¿Qué aspecto tenía Buda?»

¡Conecta con otros!

¿Te gustaría encontrar un grupo de meditación en tu localidad, con gente que compartiera un enfoque secular de la práctica budista? Pues, seguramente, no lo hay. Pero esto no significa que tengas que conformarte con conexiones virtuales. Las sanghas de otras formas de budismo, tradicionales, son muy buen recurso incluso si no sientes que encajes al cien por cien en ellas, y a falta de pan…

¡… sal a comprarlo! Muchos me escriben buscando un grupo en su zona, así que he decidido abrir una página donde los grupos que existan puedan publicitarse y la gente interesada en iniciar uno, o por lo menos conectar con otros que vivan cerca, pueda poner su contacto ahí. Todo empieza con un encuentro en un bar; luego se busca un lugar y un día para quedar a meditar regularmente y, a partir de ahí, a ver qué pasa…

Esto no es ninguna institución establecida (los grupos comparten el enfoque secular pero son autónomos) y no hay manuales a seguir, pero sí mucho por hacer. Ve al menú, visita la página de grupos y si tu ciudad no aparece en la lista y te gustaría que apareciera… ¡ya sabes!

image

Desmontando el budismo — Una conversación con David Loy

Casa d’Espiritualitat Sant Felip Neri de Barcelona, 1 de diciembre de 2014.

David Loy nació en una familia de marines estadounidense, con la que viajó mucho de niño. Creció en los 60’, protestando contra la guerra de Vietnam en Londres, donde estudió filosofía, y en San Francisco. Sin embargo, vio que protestar no era suficiente: tenía que trabajar consigo mismo. Así que decidió viajar por el mundo, sobreviviendo con muy poco dinero. Empezó a practicar budismo zen durante los cinco años que vivió como un hippy casi sin techo en Hawaii. Su primer maestro fue Robert Aitken y, más tarde, estudió con Yamada Roshi.

De la filosofía al zen no es un salto tan grande, leyendo a D. T. Suzuki o Alan Watts. Lo difícil fue practicar, sentarse en el cojín.

David-Loy

Debemos evolucionar a una cultura que, en lugar de insistir en el consumismo, que en muchos aspectos es la religión de la modernidad, insista en la necesidad de aprender algo de la naturaleza de nuestras mentes.

Bernat Font: La meta tradicional de la práctica budista es el nirvana. ¿Qué significa ‘nirvana’ para tí?
David Loy: Tiene muchos aspectos. Para mí, es olvidar el ego y darse cuenta de algo más profundo, abrirse. En zen hay esa metáfora fantástica: al cubo se le cae el fondo. ¿Qué es el fondo del cubo? El ego. Lo otro es darse cuenta de la vacuidad de las cosas pero, lo más importante, tu propia vacuidad.

BF: ¿Qué hay de la omnisciencia, escapar del ciclo de nacimiento y muerte…?
DL: No me interesa nada de eso. Y ni siquiera estoy convencido, cuando leo el canon pali, de que eso sea lo que hacía el Buda. Algo de eso quizás le fue atribuído, como en el caso de Jesús.

BF: ¿No corremos el peligro de atribuir al Buda todo lo que nos gusta y a la tradición posterior lo que no nos gusta?
DL: Es muy difícil discriminar. No lo sabemos. Algunas cosas son obvias porque hay contradicciones. Un ejemplo es la historia de cómo las mujeres fueron ordenadas: tiene problemas, no funciona, fue modificada.

BF: ¿Cómo podemos saberlo?
DL: La historia es que la madrastra del Buda pide entrar en la comunidad. El Buda se niega, pero Ānanda insiste y le pregunta si no es cierto que las mujeres tienen el mismo potencial para despertar. El Buda responde que sí y asiente a admitir a las mujeres si siguen algunas normas extra. Pero entonces también dice que, a causa de eso, su dharma desaparecerá mucho más temprano.

¡Es una historia ridícula! No tiene ningún sentido. Si eso es realmente lo que el Buda pensaba, la lógica habitual sería que hubiera expresado su opinión de manera directa y la hubiera defendido. Es una forma de culpar a Ānanda por la ordenación de mujeres. Hay muchas historias que muestran a Ānanda de manera desfavorable.

Además, sabemos que la ordenación de mujeres sucedió en el tercer o cuarto año de la trayectoria del Buda como maestro, mientras que Ānanda no se convirtió en su asistente hasta mucho más tarde. La historia es claramente defectuosa.

BF: ¿Pero por qué culpar a Ānanda?
DL:  Cuando el Buda murió, hubo cierta lucha de poder. Mahākassapa quedó al cargo de la sangha, y no le gustaba Ānanda. Mi sospecha es que estaba celoso porque Ānanda tenía una relación muy estrecha con el Buda. ¡El canon incluso culpa a Ānanda por la muerte del Buda! Es ridículo.

BF: Se nos dice que a Ānanda casi no le permitieron participar en el primer concilio por no ser un arahant, pero luego fue él quien recitó todos los discursos del Buda.
DL: ¿Y quién decide quién es un arahant? Todas las tradiciones tienen a muchos personajes iluminados, pero ¿qué significa esto? Tenemos que leer el canon con una mirada crítica, aunque no siempre podamos filtrar. Los budistas deberían ser reticentes a cualquier tipo de fundamentalismo.
Los textos no son sagrados, son guías, y guías corrompidas: faltan algunas páginas y otras fueron añadidas más tarde por gente que no había ido a tal sitio pero pensaba saber cómo llegar hasta ahí. Es una guía genuina y aun así confusa. Y a pesar de eso, la necesitamos de verdad.

BF: ¿Por qué?
DL: El viaje que estamos haciendo no es nada fácil, necesitamos mucha ayuda, y el canon parece ser la mejor guía que conocemos, o una de las mejores. El sistema occidental funciona, pero no lo suficiente.

BF: ¿Qué le falta?
DL: Trabajar para transformar las instituciones y hacerlas socialmente más justas es muy importante, pero por si sólo no será suficiente para crear el tipo de sociedad que queremos, a no ser que trabajemos para transformarnos también a nosotros mismos. Sencillamente no podemos pensar que la forma de solucionar nuestros problemas es cambiar nuestras instituciones legales y estructurales si hay problemas más profundos en cuanto a nuestra propia codicia, malicia y engaño.

BF: Al fin y al cabo las instituciones están hechas de personas.
DL: En Estados Unidos tenemos instituciones bastante buenas, pero si la gente sigue siendo avariciosa, etc. entonces siempre va a haber alguien que intente subvertir esas instituciones.

BF: Es decir, que tenemos que empezar por las personas.
DL: Sí. Una de las implicaciones es que tenemos que pensar en reformar nuestro sistema educativo. La educación no es sólo una cuestión de información o incluso habilidades para oficios. Necesita incluir una dimensión interna para que seamos mucho más conscientes de cómo funciona nuestra mente. ¿Qué formas de pensar nos crean problemas a nosotros y a los demás? ¿Cómo podemos comprender nuestras mentes de maneras que nos liberen de esos problemas?

BF: ¿Qué te motivó al principio?
DL: No me interesaba la iluminación, ni sabía lo que era; pero tenía un maestro que me inspiró mucho. Supe que ese era el tipo de persona que quería ser. Su ejemplo fue muy, muy influyente.

Lo maravilloso del occidente moderno es su énfasis en reformar nuestras instituciones para hacerlas socialmente más justas. La tradición budista no se ha dedicado a mirar a las causas sociales e institucionales de dukkha.

BF: En tus libros y charlas, desarrollas la idea de la institucionalización de los tres venenos. ¿De qué trata eso?
DL: Más que una lucha entre el bien y el mal, que es fundamental en la religión judeocristiana, el budismo piensa en términos de las tres motivaciones malsanas: cuando lo que hago está motivado por la codicia, la malicia o el engaño, esto crea problemas, hay dukkha. Hoy vemos una situación que no existía en los tiempos del Buda: instituciones mucho más poderosas.
Como hoy día son mucho más grandes y complejas en su estructura, las instituciones pueden tomar una vida propia y volverse mucho más difícil de controlar. Tienen sus propias motivaciones intrínsecas, que son bastante distintas de las motivaciones de los individuos involucrados. Nuestro sistema económico incita la codicia.

BF: ¿No será que es la personificación de nuestra codicia?
DL: Toma nuestras codicias individuales y las junta, en cierta manera. Pero tiene su propia codicia así que termina por colectivizarla o institucionalizarla con bastante independencia de ningún individuo.

BF: O sea, que está diseñado para servir a la codicia y esto lo hace muy bien.
DL: No estoy seguro si el diseño original fue tan deliberado, pero en muchos sentidos así es como las corporaciones han evolucionado. Fueron desarrolladas a propósito para estar libres de restricciones sociales. Ése fue el proceso en el siglo XIX.

De la misma forma, actualmente el militarismo institucionaliza nuestra malicia. Para racionalizar el inmenso sistema militar que tenemos, hay que seguir encontrando enemigos y guerras. Si tienes todo ese dinero y personas destinadas a luchar, tienes que encontrar a alguien que sea tu enemigo o estás perdiendo el tiempo.

BF: ¿Cómo alguien buscando problemas para justificar su rabia?
DL: Piensa en un abusón en el patio de la escuela. Probablemente no vaya a alguien y empiece a pelear, sino que buscará alguna razón para enfadarse: “¿Te estás metiendo conmigo? Te he visto.” Es una tendencia muy arraigada.

BF: ¿Y qué hay del tercer veneno, el engaño?
DL: Parece que el engaño ha tomado la forma de nuestros medios de comunicación, que se han convertido en algo parecido a nuestro sistema nervioso internacional. En muchos casos, deciden qué es real. Y los sistemas político y económico lo saben muy bien y son muy cuidadosos en manipularlo y dejar ciertas cosas fuera.

Los principales periódicos y canales de televisión tienen mucho miedo de hacer algo que pueda enfadar al presidente. Han aprendido que si quieren tener acceso a esa gente, tienen que tener mucho cuidado con lo que dicen.

Así que terminas con todas esas limitaciones además de la fundamental: que son corporaciones, cuya preocupación principal es ganar dinero, y lo ganan con la publicidad. Su misión no es ayudarnos a comprender y crear un mundo mejor, sino normalizar este mundo y el tipo de sistema económico que tenemos. Éste es parte de su mensaje incorporado, como si dijéramos. Da mucho miedo.

BF: Exploras el encuentro del dharma con el mundo moderno. ¿Qué es lo mejor que podría pasar en este encuentro?
DL: Que nuestra civilización despertara, que la modernidad despertara y se diera cuenta de que estamos embarcados en un viaje autodestructivo. La pregunta es: ¿qué implicaría este despertar? Está teniendo lugar una transformación de la conciencia, en cierta manera nos estamos ocupando del consumismo. Pero es fácil perderse este cambio porque los principales medios de comunicación no tienen motivos para destacarlo; no están interesados en la transformación sino en la publicidad ¿verdad?

La gran cuestión, por supuesto, es cuán rápido está sucediendo este cambio. Hay crisis ecológica, económica y social. ¿Dónde se encuentran? ¿Cuánto desastre tenemos y cuánto cambio de rumbo que ayude a disminuir el desastre? Alguien lo dijo muy bien: ‘Las malas noticias son que la civilización tal y como la conocemos está llegando a su fin. Las buenas noticias son que la civilización tal y como la conocemos está llegando a su fin.’ (risas)

BF: ¿Por que dices que el budismo y la modernidad se necesitan el uno al otro? ¿Qué tiene cada uno que le falte al otro?
DL: Lo maravilloso del occidente moderno es su énfasis en reformar nuestras instituciones para hacerlas socialmente más justas. Hemos tenido democracia y derechos humanos, hasta cierto punto, luchas contra la esclavitud, movimientos de los derechos civiles, feminismo, derechos de los homosexuales, etc. Hay un verdadero crecimiento de libertad, resistencia y revolución en el sentido de trabajar en contra de las divisiones. Esto no es parte de la tradición budista, que no sólo es patriarcal en todas las sociedades asiáticas sino que no se ha dedicado a mirar a las causas sociales e institucionales de dukkha. Éste es un problema fundamental.

Según el Buda, la enseñanza consiste en comprender y terminar dukkha. Pero la forma como la tradición lo ha definido ha sido muy estrecha: mi propia mente, mi propio karma…

Occidente ha hecho un buen trabajo en crear sociedades más justas, en cierto modo. Por supuesto nos queda mucho, pero también hemos avanzado mucho. Por su parte, el budismo ha hecho un trabajo maravilloso en desarrollar todas estas prácticas y técnicas contemplativas que nos pueden ayudar a ser más conscientes de cómo nuestras formas de pensar crean dukkha para nosotros mismos. Necesitamos ambas cosas.

david-loy-may-20

Estamos probando cosas. La separación de lo que es esencial y liberador y lo que es cultural e históricamente condicionado nunca es fácil, pero es inevitable.

BF: En el taller de ayer, mencionaste que originalmente el budismo tenía una dimensión social que luego perdió. ¿Qué ocurrió?
DL: Hay textos que apoyan el argumento de que el Buda tenía una visión más amplia. Uno puede fijarse en su actitud hacia las mujeres y las castas. Es muy sugerente. ¿Qué pasó luego? No está claro. Mi especulación es que esto les pasa a todas las tradiciones religiosas: cuando el fundador muere, los que toman el mando no son ni tan sabios ni tan progresistas.

El problema es que aunque las instituciones religiosas nacen para continuar la tradición, al mismo tiempo se vuelven inevitablemente preocupadas por su propio bienestar, su riqueza, su poder, su prestigio. La excusa es que su supervivencia y bienestar es importante porque su razón de ser es mantener vivas las enseñanzas liberadoras. Esto crea tensión.

BF: Pero ¿todavía necesitamos esas instituciones hoy? ¿O quizás necesitamos que sean distintas?
DL: Gran, gran pregunta. Si vas a las enseñanzas más tempranas, el Buda hablaba de que la sangha tenía cuatro partes, incluyendo a laicos y laicas. Esto se perdió, probablemente bastante temprano. Ahora vemos una diferencia muy marcada: el papel de los laicos es hacer mérito y dar cosas a los monjes, y el papel de los monjes es seguir todas las reglas para ser buenos campos de mérito para los laicos. Esto está muy lejos, creo, de las enseñanzas originales. Esta relación es problemática y ciertamente no queremos continuarla en occidente.

La pregunta más general es ésta: ¿cuán importante es el monacato, en definitiva, si la mayoría de los practicantes en occidente no son ni se hacen monjes o monjas? Tienen familias, trabajos y otras responsabilidades que limitan cuánto tiempo pueden dedicar a la práctica. Esto es muy controvertido en el budismo occidental. ¿Cuánto énfasis se dará al monasticismo? Aún no tenemos la respuesta; será interesante verlo.

BF: Para la tradición es fácil calificar lo nuevo de incorrecto o degenerado. Es difícil gestionar este tipo de crítica. Estoy seguro de que están convencidos de que lo que sostienen es para mejor; pero ¿no hay también resistencia al cambio?
DL: Sí. El budismo mismo enfatiza la impermanencia y la insustancialidad, y esto también se aplica al budismo. Esta es la lógica o pretexto, y señala la necesidad de transformación de acuerdo a nuevas circunstancias. Los tibetanos asumen que la suya es la forma más elevada del dharma; lo mismo sucede en Japón. Sabemos mucho cultural e históricamente: el budismo se transforma, y este potencial incorporado para la transformación es una de sus maravillas. Ahora que se encuentra con el mundo moderno, inevitablemente se está transformando también.

Claro, la cuestión es en qué grado se está simplificando, degradando, hasta qué punto está acomodándose al consumismo e individualismo occidental. Esto tiene que suceder. Tenemos todas las cosas de las que habla Stephen Batchelor, y de las que hablo yo: estamos probando cosas, son experimentos, se abren mil flores y no sabemos cuál de ellas realmente nos servirá. La cuestión fundamental para el budismo es siempre qué enseñanzas o prácticas son realmente liberadoras.

Tenemos que hacer un esfuerzo porque tenemos que entender, antes que nada, que el budismo asiático está estancado. Viví 30 años en Asia, visitando todos los países budistas excepto Mongolia. Y no querría importar ninguno de sus budismos en esas formas. Su tiempo está pasado: es premoderno, es una mitología y cosmovisión diferente.

La separación de lo que es esencial y liberador y lo que es cultural e históricamente condicionado nunca es fácil, pero es inevitable. Nuestro reto es encontrar la forma que nos habla a nosotros, personas modernas viviendo en el siglo XXI, y las enseñanzas que nos ayudan más.

BF: ¿Hay alguna de esas tradiciones budistas que encaje en occidente con más facilidad?
DL: En el pasado habría dicho que la forma más dinámica de budismo es el zen; pero ahora parece claro, por lo menos en Estados Unidos, que es el vipassana, ‘insight meditation’. Hasta el momento ellos parecen haber hecho el mejor trabajo en separar algunos de los aspectos culturales del theravada de la práctica de la meditación. Han dejado atrás mucho ritual y ceremonia y aun así estudian los textos intentando extraer y practicar lo que pueden.

Algunas tradiciones parecen más atascadas que otras, como el sistema tibetano de tulkus [lamas reencarnados], que está estructurado de una forma que hace muy difícil que ese sistema se reforme, aunque creo que lo hará. Asimismo, hay algo defectuoso en el modelo de práctica zen y despertar zen, que permite que algunos maestros se vuelvan muy importantes y no obstante sean tan inmorales. Ha habido muchos escándalos. Uno de los grandes problemas en el zen es la idea de que la persona despierta está más allá del bien y el mal.

BF: ¿Es verdad que el zen hace menos hincapié en la ética?
DL: Eso es verdad del budismo japonés en general, no sólo el zen. La ética budista no es muy importante en Japón. El fundamento ético de Japón es el confucianismo y la ética confucianista se basa en los roles, lo cual contribuye al problema. ‘Oh, estoy despierto y más allá del bien y el mal, y ahora tengo ganas de tener sexo con mis estudiantes.’ Cualquier despertar que hayan tenido no ha sido lo suficientemente profundo para llegar al corazón del asunto, que es ‘No debería comportarme de ninguna forma con mis estudiantes que les pudiera causar dukkha.’ El zen en América está en un estado de crisis.

BF: También hay escándalos en el budismo tibetano.
DL: Los tibetanos lo encubren mejor. En todo esto influye mucho la idea cultural de que las mujeres están ahí para servir a los hombres, así que no hay una apreciación completa de las consecuencias.

Mientras algunos tienen rutinas muy regulares que hacen que sea fácil sentarse una hora al día, muchas veces la vida no es tan regular. Sentarse a diario es importante. Pero los retiros intensivos también son muy importantes.

BF: La gente pregunta a menudo si deberían estudiar más o practicar más. ¿Cómo crees que interaccionan el estudio y la práctica?
DL: En mi vida ambos han sido muy importantes, pero la proporción cambia en distintas épocas. Cuando empecé en el zen, leí mucho antes de ponerme a practicar. Pero luego fue necesario guardar los libros y centrarme principalmente en sentarme en el cojín, durante unos años. Entonces volví a la universidad intentando entender qué me había sucedido como resultado de la práctica. Al principio, si te sumerges mucho en la práctica, puede ser importante reducir el estudio durante un tiempo y centrarte en la práctica, especialmente si tienes oportunidad de hacer retiros.

BF: Así que sugieres distintos periodos.
DL: En general, así ha sido mi vida. Algunos hablan de un equilibrio diario entre sentarse a meditar y estudiar. Pero en mi caso, ha habido épocas en que podía sentarme mucho y otras en que, por la razón que fuese, me sentaba muy poco. He aprendido a aceptarlo. Quizás piense ‘Oh, me gustaría sentarme más,’ pero entonces comprendo las circunstancias y está bien.

BF: Bastante sensato.
DL: No hablo sólo del estudio sino de la vida. Puede haber situaciones que nos empujen en diferentes direcciones. Es el yin y el yang: el yin es sentarse a meditar y el yang es la actividad en el mundo. Si uno tiene una base sólida de práctica, estar en el mundo es más fácil.

BF: La gente se propone meditar cada día, y cuando no pueden sentarse regularmente se sienten mal.
DL: Primero hay que aceptarlo, y entonces necesitan poner más énfasis en la atención o conciencia plena [mindfulness]. Si no puedes sentarte a meditar porque tienes un bebé, cuidar del bebé es tu práctica, ser uno con el bebé. Al mismo tiempo, mientras algunos tienen rutinas muy regulares que hacen que sea fácil sentarse una hora al día, muchas veces la vida no es tan regular. Sentarse a diario es importante. Pero los retiros intensivos también son muy importantes.

BF: ¿Prefieres el término ‘iluminación’ o ‘despertar’?
DL: Ahora prefiero ‘despertar.’ Creo que es más cercano al significado original. El término iluminación puede confundir. En occidente, pensamos en la ilustración europea [en inglés la llaman igualmente “Englightenment”: iluminación]. Además ¿qué significa como metáfora? ¿Que ves el mundo lleno de luz? Creo que la idea de despertar es más expresiva.

BF: En tu opinión ¿qué sería un éxito para el camino budista, en la actualidad?
DL: Creo que en el caso del budismo es más obvio que la religión no trata sólo de prepararse para la próxima vida. Esto es irónico, ya que en Tailandia sí lo es: es muy importante hacer méritos. Pero si volvemos a las enseñanzas originales, nos daremos cuenta de que el budismo nos muestra que la espiritualidad consiste en transformar cómo vivimos aquí y ahora, y en que podemos aprender algo liberador.

Mi esperanza es que tengamos una cultura que sea consciente de la posibilidad de despertar o transformarse. El budismo sería una forma de articularlo, aunque esta cultura no tendría que ser sólo budista y no creo que vaya a serlo.

Para sobrevivir y prosperar, debemos evolucionar a una cultura que, en lugar de insistir en el consumismo, que en muchos aspectos es la religión de la modernidad, insista en la necesidad de aprender algo de la naturaleza de nuestras mentes. Esto tiene que incorporarse en las instituciones educativas y los medios de comunicación sociales.

Algo de esto tiene que suceder. Qué formas específicas tomará ya no lo sé. El movimiento mindfulness va en esa dirección. Y dado que la mayoría de gente no se hará budista, ahí hay algo del budismo que puede ser transformador.

La página web sobre Budismo Secular en lengua castellana y la de Nueva Zelanda – Aotearoa se han juntado para realizar y ofrecer una serie de entrevistas con conocidas (y no tan conocidas) personalidades budistas del mundo. Habiendo desarrollado los temas y preguntas centrales alrededor de las cuales girarán las entrevistas, queremos presentar las historias y los puntos de vista de maestros, académicos, pensadores, traductores, practicantes veteranos… todo tipo de personas relacionadas con el dharma, y en especial aquellas involucradas en el viaje de las enseñanzas del Buda hacia el mundo moderno.Gracias a esta colaboración, las entrevistas se publican en castellano aquí y en inglés en http://secularbuddhism.org.nz


Si te gustan los artículos de este blog, considera mostrar tu apoyo y generosidad haciéndote mecenas en Patreon o con un donativo puntual. Estarás ayudando a mantener esta web viva (¡y sin publicidad!) y me estarás ayudando a mí a seguir escribiendo. Lee más aquí.

Para estar al día de publicaciones, dale a Seguir en el menú de la derecha. ¡Muchas gracias! 🙂

¿Quién fue el primer monje budista occidental?

La respuesta a esta pregunta, tradicionalmente, ha referido dos ingleses, Gordon Douglas (Asoka) y Allan Bennett (Ananda Metteyya), siendo el segundo más conocido. Pero parece ser que la historia olvidó a alguien que lo fue antes, U Dhammaloka, y que este olvido fue fruto de memoria selectiva. Quizás deliberada. ¿Por qué?

dhammloka dana copy copyA diferencia de los dos ingleses, U Dhammaloka no correspondía con la imagen del gentleman educado, académico; de origen humilde, su vida sigue siendo de lo más misteriosa. Nacido en 1856 en Dublín (seguramente), fue un librepensador irlandés que tuvo graves problemas con la Iglesia Católica, y con la botella, emigró a Estados Unidos donde trabajó en el ferrocarril y vagabundeó. Luego se unió a una línea transoceánica y llegó hasta Japón, de donde fue expulsado por conducta alborotadora y ebria. De ahí se fue a Myanmar, donde se rehabilitó y se ordenó monje budista, convirtiéndose en una pieza importante del resurgimiento budista birmano.

Radical, librepensador, defensor de la clase trabajadora, ateo y budista, una vez en el hábito anaranjado no abandonó su naturaleza reaccionaria y se dedicó a viajar por el sudeste asiático predicando en contra del colonialismo británico y los misioneros cristianos, atrayendo a grandes multitudes, escribiendo y distribuyendo artículos. Fue detenido y juzgado por sublevación y estuvo bajo vigilancia policial. Más tarde fingió su propia muerte en Australia. Lo último que se sabe de él es que en 1914 lideró la Siam Buddhist Freethought Association en Bangkok, tras lo que desapareció sin dejar rastro. Y ha sido prácticamente borrado de la historia.

El director irlandés Ian Lawton quiere recuperar la memoria de U Dhammaloka y está preparando The Dharma Bum (el vagabundo del dharma), un documental en el que cuenta con la ayuda de varios investigadores en el campo de la historia y los estudios budistas, y mostrará esta revolucionaria historia usando animaciones hechas en el sistema tradicional. Es un proyecto fascinante, pero para finalizarlo Lawton necesita recoger más fondos. Abajo encontraréis enlaces a la web del documental y el (mindful) crowdfunding. Os dejo con el trailer.

www.thedharmabum.eu | donaciones – crowdfunding

12 consejos para observar la mente

A continuación tenéis 12 consejos basados en enseñanzas orales de Sayadaw U Tejaniya en retiros en Gaia House (UK) y Spirit Rock (USA) en 2015 y en China en 2014, recopilados por Sheng Bin Chiu y editados.

En estos consejos, los términos ‘observar’, ‘contemplar’, ‘ser consciente’ y ‘estar atento’ se utilizan de forma sinónima, y no hay que dar importancia al uso concreto de uno u otro ya que todos se refieren a la misma actividad o actitud mental. El término ‘objeto’ se refiere a cualquier cosa que estemos conociendo o percibiendo al meditar, al ser conscientes: es lo que observamos.

278177_10151034303029839_441420417_o

De U Tejaniya ya publicamos 23 puntos sobre la actitud correcta para meditar y, dado el éxito de ese post, aquí van 12 consejos más.

Seguir leyendo «12 consejos para observar la mente»

¿Me he calmado ya? Un consejo en 3’45»

Discípulo del gran monje theravada Ajahn Chah, el responsable de la expansión en occidente de la tradición tailandesa del bosque, el británico Ajahn Brahm es famoso por varias razones. Una de ellas es el carisma y el sentido del humor que despliega en sus charlas desde su monasterio en Australia. Son charlas magníficas y distendidas, donde tan pronto expone con mucha sencillez y claridad enseñanzas del canon pali como habla del matrimonio gay. Youtube rebasa en esas charlas. Otro motivo por su popularidad, más reciente, fue que dio ordenación completa a mujeres, razón por la cual fue formalmente expulsado de su tradición.

Hoy os presento a Ajahn Brahm en este breve vídeo donde cuenta el símil del vaso de zumo (aunque creo que originalmente la comparación era con un bol de agua) pero añade algo básico y aún así recurrente: ir levantando el vaso para ver si el agua ya se ha calmado. En 3 minutos y 45 segundos, nos ofrece un importante recordatorio para todos aquellos que practicamos la meditación, seamos novatos o veteranos. ¡Espero que os sea útil!

Si quieres leer algo más de meditación, dale un vistazo a este artículo de Thanissaro Bhikkhu: pensamientos dispersos.

¡Stephen Batchelor en Barcelona!

Hace ya un mes de la última entrada del blog. Pero llego con buenas noticias para la gente de Barcelona y cercanías: el viernes 22 de mayo, Stephen Batchelor dará una conferencia. Titulada «Las Cuatro Grandes Tareas: una introducción al budismo secular«, la charla tendrá lugar en la Fundació Casa del Tibet a las 20h. Es una oportunidad única, y los beneficios se destinarán al fondo que está recogiendo la fundación para ayudar al Nepal, que tanto lo necesita.

Conocido por su enfoque agnóstico del budismo, el autor Stephen Batchelor explorará qué significaría practicar el dharma desde una perspectiva secular, y no religiosa. Como punto de partida, sugerirá que esto implica repensar el budismo como una práctica ética, más que como un sistema metafísico basado en creencias. Para ejemplificar este enfoque secular, ofrecerá una interpretación de la doctrina tradicional de las Cuatro Nobles Verdades entendidas como una práctica de Cuatro Grandes Tareas.

Stephen Batchelor es un autor y maestro budista contemporáneo que ve el budismo como una cultura del despertar en constante evolución. Recibió una educación monástica durante diez años, primero en la escuela Gelugpa del budismo tibetano y más tarde en la tradición Sôn coreana (Zen). Actualmente presenta una visión laica y secular del dharma basada principalmente en las enseñanzas más antiguas del Buda, preservadas en el canon pali, y viaja por todo el mundo ofreciendo conferencias y retiros. Sus publicaciones incluyen «Budismo sin creencias» y «Confesión de un ateo budista«.

Podéis compartir esta entrada del blog o también el evento de facebook. Para leer algo breve sobre la visión de Stephen para el budismo actual, echadle un ojo a la primera entrada del 2015.

Día y hora: Viernes 22 de mayo a las 20h
Lugar: Fundació Casa del Tibet
Inglés con traducción consecutiva.
Aportación: 5 euros (gratuito para socios de la Fundació Casa del Tibet)
Contacto: +34 932075966 admin@casadeltibetbcn.org